SECCIÓN B. CAUSAS PSICOLÓGICAS DEL LIDERAZGO

 

El texto aborda las causas psicológicas que consolidan el liderazgo, centrándose en el establecimiento de un derecho consuetudinario y el uso estratégico de la renuncia por parte de los líderes. A través de ejemplos históricos y análisis de comportamiento dentro de partidos políticos, se demuestra cómo los líderes emplean tácticas de poder para mantener su posición y autoridad, disfrazando estos actos bajo una apariencia democrática. Los delegados, al asumir un cargo, desarrollan un sentido de propiedad sobre él, transformando su posición en un derecho moral y consuetudinario. Este derecho se conserva a menos que se presenten circunstancias extraordinarias que justifiquen su destitución. Los líderes ven la reelección como una validación de su derecho y luchan por mantener su posición.

Cuando los líderes enfrentan la posibilidad de no ser reelegidos, responden con amenazas de represalias, generando confusión y presión entre sus seguidores para asegurar su reinstalación. La renuncia no es solo una forma de protesta, sino una táctica calculada para fortalecer el liderazgo, esta estrategia desarma a los adversarios y obliga a los miembros a reconocer la indispensabilidad del líder.  Los líderes en diferentes partidos políticos emplean la renuncia como táctica para desarmar a sus críticos y consolidar su posición, en el partido socialista italiano, las renuncias se utilizan para resolver desacuerdos, generalmente resultando en la reelección del líder y fortaleciendo su autoridad.

Por otro lado, el autor xamina la dinámica de liderazgo y la relación entre líderes y masas en contextos políticos, argumentando que una minoría activa lidera y toma decisiones mientras la mayoría permanece indiferente, dentro del texto se hacen observaciones de autores como Alejandro Dumas, Alexis de Tocqueville y Max Stirner, el autor sostiene que la masa necesita liderazgo y guía debido a su apatía y falta de interés en los asuntos públicos. Alejandro Dumas, hijo, señala que históricamente las mayorías han resistido el progreso, mientras que las minorías, más activas y visionarias, han impulsado las reformas necesarias. Las mayorías reflejan lo existente, mientras que las minorías plantan las semillas del cambio futuro. La mayoría de los ciudadanos, incluso aquellos con derechos políticos, muestran un interés limitado en cuestiones públicas, Alexis de Tocqueville observa que los individuos están más preocupados por asuntos personales inmediatos, como la infraestructura local, que por el bienestar general del Estado, por otro lado, Max Stirner critica la noción de un "deber sagrado" de interés en los asuntos públicos, sugiriendo que solo el egoísmo personal puede motivar tal interés cuando las circunstancias empeoren significativamente.

La masa tiene una gran necesidad de dirección y guía, y existe un culto a los líderes, considerados como héroes, la complejidad de la sociedad moderna y la especialización del trabajo dificultan que los individuos comprendan la totalidad de la organización política aumentando la dependencia de líderes. Diferencias de cultura y educación dentro de los partidos populares contribuyen a la creciente necesidad de liderazgo. Los líderes de los partidos democráticos modernos no llevan una vida fácil; su trabajo es arduo y constante, a pesar de las demandas y responsabilidades, los líderes son indispensables para mantener la organización y la dirección de la masa. La acumulación de cargos y funciones en una sola persona es común, lo que aumenta la carga de trabajo y puede afectar la salud de los líderes, la masa a menudo abandona a los líderes en momentos cruciales, mostrando una incapacidad para reorganizarse y actuar sin guía, el éxito o fracaso de movimientos populares a menudo depende de la presencia y acción de los líderes.

Otro punto importante que aborda es la "gratitud política" y el "culto de la veneración" de las masas hacia sus líderes. Las masas no solo son indiferentes políticamente y necesitan guía, sino que también sienten una gratitud profunda hacia aquellos que defienden sus intereses, aunque estos líderes a menudo sufran persecución y adversidades. Esta gratitud se manifiesta en la reelección continua de los líderes, consolidando su poder; además, el culto de veneración a los líderes es común en partidos socialistas, donde las masas llegan a idolatrar a sus líderes, otorgándoles una autoridad casi divina. Esta veneración puede llegar a manifestarse con fervor religioso, como se vio en varios casos históricos. La necesidad de las masas de idolatrar a individuos que personifican sus ideales es una característica persistente y se observa en la perpetuación del culto a líderes incluso después de su muerte, reflejando una tendencia atávica y casi supersticiosa en la psicología de las masas.

En los inicios del movimiento laboral, la capacidad oratoria era esencial para el liderazgo, ya que la elocuencia tenía un poder sugestivo sobre las masas, que eran fácilmente influenciadas por la belleza y emoción de las palabras, en regímenes democráticos, líderes como oradores y periodistas ejercían una gran influencia. Ejemplos históricos en varios países muestran que la oratoria es clave para la dirección de partidos políticos, especialmente en democracias emergentes. Las cualidades secundarias necesarias para el liderazgo incluyen fuerza de voluntad, amplio conocimiento, convicción intensa, autosuficiencia y, en casos excepcionales, bondad y desinterés. Sin embargo, lo que más impresiona a las masas es el prestigio de la celebridad. La fama, adquirida en otros campos, puede catapultar a alguien al liderazgo rápidamente, este fenómeno se observa en la historia de diversos movimientos laborales, donde figuras célebres en otros ámbitos lograron liderazgos destacados.

El texto también menciona que la edad no necesariamente es un impedimento para el liderazgo, aunque en partidos bien organizados, la juventud puede tener ventajas debido a la rápida adquisición de experiencia proporcionada por la ciencia moderna. Los líderes veteranos, sin embargo, poseen una comprensión más profunda de la política y la psicología popular, lo cual les otorga una ventaja sobre los jóvenes. Finalmente, se destaca la fluctuante composición de las masas en las organizaciones laborales, donde la mayoría de los miembros son jóvenes adultos, la inestabilidad en la membresía hace que los líderes, más estables y constantes, tengan una ventaja significativa en la dirección de estas organizaciones.

 

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